Residencia proteccional femenina de organismo colaborador del Sename cambió de nombre

Niñas residentes lo decidieron de forma autónoma

 

Desde hoy una de las residencias proteccionales femeninas de los organismos colaboradores acreditados del Servicio Nacional de Menores (Sename), ex Coditfam tendrá una nueva identidad. “Imillitay” que significa “pasar de niña a joven” será su nuevo nombre.

Así lo manifestó la directora regional del Sename, María Teresa Osorio quien explicó que “para el Sename es un tremendo orgullo que nos hayan invitado las niñas de la residencia para descubrir este nuevo nombre, el cual se generó en una instancia de diálogo y búsqueda entre ellas mismas, quienes decidieron de forma autónoma y, muy responsable, utilizar este nombre aymara como una nueva identidad”.

Asimismo, agregó “que esta iniciativa nace tras la búsqueda de identidad en el lugar donde viven. Quizás el contexto por el cual las niñas están acá no es el mejor, y en virtud de ello es precisamente por lo que hemos tratado de entregarles no solo óptimas condiciones de vida en cuanto a los espacios y equipamiento, sino que además les brindamos afecto y contención cuando las vemos tristes o necesitan expresar lo que sienten. La palabra en lengua aymara nos invita a que observemos al mundo en un constante cambio, en una evolución permanente. Eso fue lo que las niñas quisieron plasmar con este cambio, queremos dejar atrás aquellos recuerdos y situaciones que pudieron haberlas afectado, quieren avanzar, quieren crecer”, explicó María Teresa Osorio.

En la inauguración del nuevo letrero, participaron el juez presidente del Tribunal de Familia de Iquique, Marcos Soto, la directora ejecutiva de la Asociación Cristiana de Jóvenes Iquique, Paula Rojas, la directora de la residencia Imillitay, Karen Oses y el secretario regional ministerial de Justicia y Derechos Humanos, Fernando Canales.

El juez presidente del Tribunal del Familia de Iquique, expresó “es importante el derecho a la identidad. En el sentido de que las niñas hayan buscado ellas el nombre y se hayan identificado con él, además de que tiene un sentido de pertenencia para ellas por su significado que da cuenta que vamos avanzando respecto al reconocimiento de los derechos de niño, entre ellos al derecho a un nombre, el derecho a una identidad y derecho a vivir en un ambiente que les permita desarrollarse libremente. No sólo un desarrollo material como el cobijo o la casa, sino que, en lo espiritual, en cuanto a la tranquilidad de sentirse parte de un lugar que es lugar de ellas y del cual todos tenemos que estar pendientes”, indicó Soto.

El seremi de Justicia y Derechos Humanos cree que “este cambio de nombre va en la línea correcta que es pasar de un nombre que da cuenta de una institución, a un nombre que es dado por las propias niñas que habitan esta casa. Sin duda que es un gran paso, el cual ayuda al sentido de pertenencia, de darle una calidez mayor a su hogar y que es lo que buscamos nosotros como gobierno de darle a las residencias un ambiente más familiar”, expresó Canales.

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